Porque las cosas nunca son como las esperabas,
pero siempre pueden ser aun mejores
Ya va casi un mes en Alemania y en contra de todo pronostico no he pisado ni una cerveceria.
Si he estado sin embargo cantando con el coro en una misa catolica, he conocido de la mano de un exsoldado un campamento de la armada alemana donde todavia viven miles de companieros, he visitado la colorida consulta de un pedriatra de la seguridad social germana, he preparado licor de membrillo y he hecho dos amigas octogenarias de lo mas saladas (y de lo menos pudorosas) en una clase de aquagym.
Llamadme rara, pero -defunciones de ordenadores aparte- no me lo estoy pasando nada mal.
Hola prima!!!!!
Eres una artista, me tienes enganchao a tu blog, es muy divertido leer lo que estas viviendo por tierras germanas. Disfruta de la experiencia por esos lares.
Besos y te seguire por aqui.
¡Qué honor por Dios que el mismísimo Carlos Melero me siga! Intentaré estar a la altura primo, muchas gracias 🙂
El mundo tiene la suerte de contar con personas que no necesitan grandes parafernalias para ser felices y que, encima, desprenden ese brillo especial cuasi místico por todos sus poros haciendo felices a quienes les rodean.
Echo de menos tu brillo TT, pero comprendo que los niños alemanes también tienen derecho de disfrutar de Cantabrus-Mary Poppins
Yo comprendo que los morenos de la otra parte del Atlantico tambien merecen alguien que les vuelva un poco locos y les amenice la vida. No se si alguno se sabra ya la de “burgalesa, burgalesa…” y habra probado el sol y sombra a las 9 de la maniana o eso son ya palabras mayores.
Gracias por animarme tanto!
Hips, hips,,,, aprrrende bien, hics,… lo del licor de membrillo hip, hips…ya estamosss harrtosp,hips, del licooor de endrrriinas, glups.
Jajaja. Les he intentado explicar que allí somos más del de endrinas pero no he conseguido aclararles qué fruta es esa. Habrá que hacer un intercambio de material para testar 😉